Rebelde con causa.
Prevención y precaución
William Muskus R(9)
Nuestra idiosincrasia Latina nos ha convertido en seres alegres, joviales, bonchones, pero desordenados. Por ejemplo, cuando compramos un auto tomamos el suiche lo encendemos pisamos la chola y maquina, mientras rodamos vamos jorungando los botones del tablero para ver para que sirven. Si fuéramos gringos o europeos, lo primero que haríamos es tomar el manual del conductor, leerlo detenidamente y luego encender el auto.
Igualmente lo hacemos con los equipos electrodomésticos o electrónicos, pisamos todas las teclas, vamos adivinando las funciones y finalmente cuando no descubrimos alguna función, buscamos el catalogo.
Luego del sismo del 12/9 tenemos que entender la necesidad de cambiar nuestra educación preventiva. En las escuelas de USA cada 3 meses se realizan simulacros de evacuación para estar preparados en caso de incendio, huracanes, terremotos o cualquier otra contingencia que se presente.
Estas prácticas no son por exageración ni por capricho, sino por necesidad ya que muchas veces a la hora de una emergencia, si uno no esta prevenido y entrenado, puede tener una salida de emergencia al lado y producto de los nervios corre en dirección contraria.
Por eso tenemos que desde ya, en escuelas, hospitales, oficinas públicas y privadas, así como en edificios residenciales organizar planes de contingencia para cualquier eventualidad.
Creo que se deben instaurar estos planes con carácter obligatorio y practicarlos rutinariamente coordinados y dirigidos por personal especializado de protección civil y bomberos.
Hablando de bomberos, es necesario y con carácter de urgencia de dotar de equipos adecuados a los bomberos de la costa oriental de Falcón. Es preocupante que en una zona con más de 100 edificios, algunos hasta de 20 pisos, estos servidores públicos, no cuenten con un “camión de bomberos”, sino con una cisterna común y corriente que no sirve para cumplir con sus funciones. No esperemos que pase una tragedia para luego equiparlos.
Este tema nos lleva a hacernos muchas reflexiones, ¿de que nos han servido todos los millones que se han gastado en aviones y tanques de guerra? No hubiese sido preferible gastarlos en equipar a nuestra protección civil con equipos de salvamento, carros para los bomberos, ambulancias y crear una red de voluntarios por la vida y no las ridículas milicias para hacer proselitismo político con ellas.
La tragedia de clarines también nos llama a la reflexión. Este trágico accidente del cual es preferible esperar el resultado de las investigaciones y no hacer lo que ha hecho el irresponsable gobernador de Anzoátegui de culpar a priori al conductor de la gandola sin saber exactamente quien tuvo la culpa. La cuerda siempre rompe por lo más débil.
Ya es costumbre para nosotros ver a los camiones que transportan el gas doméstico
(Por cierto bastante escasos en estos días) andar como si fueran perseguidos por el diablo.
Mientras las licencias de conducir en este país sean otorgadas por amiguismo o bajándose de la mula, continuaran ocurriendo gran cantidad de accidentes por conductores irresponsables que no conocen la Ley de Transito y muchas veces no están capacitados ni física ni mentalmente para conducir una gandola y mas si se trata de transportar sustancias toxicas o letales.
Ni hablar de las busetas que bajan por Trincheras a millón o de las que hacen piques por la Morón – Coro, para ver quien llega primero a las paradas y le quita los pasajeros al otro.
En Tucacas tenemos otro problema con los turistas irresponsables que dejan las llaves de sus carros a muchachos del pueblo, estos los toman para pasear y luego ocasionan accidentes con saldos fatales, tal como ocurrió este fin de semana. Cualquier persona precavida no comete este error y se ahorra las consecuencias legales de tan lamentables hechos.
Un gran ejemplo de prevención, es la médica, en donde programas masivos de vacunación han permitido la erradicación de enfermedades como la viruela o la poliomielitis. En cambio, la falta de medidas preventivas en salubridad ha permitido el repunte de enfermedades como la tuberculosis.
La cultura de la prevención es algo que tenemos que promover en nuestra sociedad, en especial en los jóvenes, prevenirlos del daño del cigarro, drogas, alcohol, el sida.
La prevención de no botar basura en las quebradas, a fin de evitar que se produzcan inundaciones, el no botar colillas encendidas para evitar incendios.
Por otro lado si somos precavidos al mirar a ambos lados antes de cruzar la calle, si somos precavidos y no dejamos niños menores de edad solos en la casa, si somos precavidos y cambiamos nuestra rutina, para no ser presa fácil de los delincuentes.
Cuando entendamos que tenemos que estar prevenidos y actuar con precaución, entonces estaremos aprendiendo a vivir mejor.
E-mail: willimusk@gmail.com
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