Publicado en diario La Costa de Pto. Cabello 18-01-2012

Inseguridad: ¿Una sensación?

Sinceramente creo que la inseguridad es una sensación, y esa sensación la sentimos todos los seres humanos, en especial la sienten los cobardes y los cobardes con poder, esos que se rodean de cuatro anillos de seguridad, y su cobardía es tal que llegan a la traición al desconfiar de sus conciudadanos y ponen su seguridad en manos de extranjeros. Tenemos el caso patético de Gadafi, que contrataba a mercenarios extranjeros para poder mantenerse en el poder, pero finalmente el pueblo libio se llenó de valor y lo sacó.
Otros casos famosos como el de Hitler que construyó su famoso Bunker, el cual de nada le sirvió y ahí murió. El sanguinario asesino y dictador Saddam Hussein quien terminó escondido como las ratas bajo tierra, capturado, juzgado y ahorcado. Ni hablar del fatídico Fidel Castro que cambia permanentemente de residencias debido al temor de que el imperio le envié una bomba.
Pero en nuestro país tenemos una nueva estirpe llamada los “Robolucionarios” que llegaron al poder ofreciendo acabar con las cúpulas podridas, ofreciendo freír cabezas en aceite, y resulta que luego de 13 años, vemos que solo fue un quitate tu para ponerme yo, con la variante de que estos nuevos corruptos se pasean en lujosos carros blindados, y para que sepan que son ellos se hacen escoltar por guardaespaldas en moto, que abusan trancando el paso para que estos pantalleros puedan circular rápido, y hasta los fines de semana se les ve trotando acompañados de estos motorizados. Y pensar que socialismo es sinónimo de igualdad.
Cualquier persona sensata sabe que estos motorizados son un blanco vulnerable a la hora de un atentado, y que esto es solo una demostración del patallerismo y nuevo riquísimo de la chorocracia actual. Menos mal ya les queda poco, pronto van a salir de las mieles del poder.
Pero quienes sí sienten verdaderamente esa sensación de inseguridad, son aquellos humildes ciudadanos que viven en los barrios, que pagan vacuna para poder subir a sus casas, que son atracados en las busetas, o que simplemente son muertos a mansalva por mirar a un malandro, o porque no se dejaron quitar la moto.
¡Y entonces! ¿NO hay seguridad? Creo que la seguridad plena no existe, de hecho recordemos el cómico caso del hombre mejor cuidado del mundo, el presidente del imperio, con el carro mejor blindado y equipado para resistir a cualquier ataque terrorista, pero se quedó varado en la salida del estacionamiento de la embajada gringa en Londres, por ser muy bajo y largo dicho vehículo. A gran pelón el de los técnicos de la GM y sus expertos en seguridad.
Lo que si les puedo asegurar es que lo único seguro segurito, es la muerte. Algún día, mas tarde o mas temprano, todos vamos a morir, así que a disfrutar la vida y no hacer como el muchacho, que teniendo un helado en la mano se pone a lloran porque se le va a derretir, en lugar de tomarlo y disfrutarlo. Igual es la vida.
¿Pero como es eso? que sí hay países donde la gente vive en paz y armonía. Pues muy simple, son sociedades que han aprendido a combatir la violencia, donde sus gobernantes son personas educadas, donde cuentan con reglas de juego (leyes) claras, donde hay jueces, fiscales y policías honestos, y donde cuentan con educación, empleo y servicios de calidad.
No puedo concluir este artículo sin comentar la maratónica y tediosa alocución de nueve horas y media de nuestro comediante presidente, donde tradicionalmente habla de todo menos de lo que tiene que hablar. Por ejemplo: ¿Qué hizo con el 59% de los ingresos petroleros que no pasaron por el BCV? ¿Por qué no se ha pagado a las personas que se le han expropiado sus fábricas, fincas y terrenos, de acuerdo a lo establecido en la constitución? ¿Qué ha hecho Ud, con el dinero que no ha entregado a las gobernaciones y alcaldías?
Por eso y por mucho más fue que lo increparon los diputados opositores, en especial Marquina, Borges y Maria Corina MACHA-do, quien en su corta, concisa pero contundente intervención, se las cantó clarito y raspado. El poder envilece y el tiempo desgasta, por eso el pueblo ya sabe que este régimen corrupto es un fracaso, y que con su caradurismo, mentiras e hipocresía solo pretenden mantenerse en el poder. La única forma de corregir este desastre es colocando a un nuevo inquilino en Miraflores, para poder salir de esta real sensación de inseguridad.

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