Publicado en diario La Costa de Pto. Cabello 29-02-2012
Huecolandia es un hermoso país a orillas del mar caribe y a pesar de ser un país petrolero cuenta con una vialidad llena de huecos y cráteres, debido a la afición de sus habitantes por jugar al todo terreno evadiendo obstáculos en las vías y algunos que practican el golf desde sus autos.
Como todas las cosas de este país en donde “como van viniendo, vamos viendo” los habitantes de Huecolandia tenemos una gran facilidad para adaptarnos a cualquier situación. Otra novedad que tenemos en este bello país es la variedad de opciones que tenemos para obtener la licencia de conducir, desde conseguirla en una caja de jabón, hasta obtenerla por vía expresa con algún intermediario, esos que llaman gestores.
Por eso quien aprende a manejar en Huecolandia, luego lo puede hacer en cualquier parte del mundo, esto debido a que uno desarrolla hasta un instinto telepático para adivinar lo que piensa hacer el otro conductor. Cuando este método falla a veces Ud, se da reverendo c…..! Y si eso pasa, para eso tenemos el seguro de irresponsabilidad civil, el cual es de fácil obtención, así sea de forma virtual.
Otra virtud que tenemos en Huecolandia es la de usar las manos en lugar de las luces de cruce, tan incomodas de usar y que además causan molestias a la vista del otro conductor, por eso una mano afuera, una seña del mudo, o hasta una mentadita de madre sirven para alertar a cualquier conductor, aunque con el uso del aire acondicionado esta práctica ha pasado de moda, por eso insistimos en el desarrollo de la intuición telepática.
Por ejemplo: viajar de Valencia a Tucacas es una odisea muy emocionante, en especial para los carros pequeños ya que han hecho unos huecos cuadrados del tamaño de un caucho rin 14”, justo entre el canal lento y el canal rápido (falta saber cual es cual) y si Ud, cae en dicho hueco por supuesto dejará medio carro en él. Por eso la descarga de adrenalina que Ud, tiene convierte a esta travesía en algo más emocionante que subirse a una montaña rusa.
Dado que la guillotina Valencia – El Palito es una vía de muchas curvas con una angosta isla central, de noche los conductores utilizan las luces altas, lo cual produce fuertes encandilamientos en los conductores, por eso las autoridades estaban dejando crecer el monte en la isla central a ver si esto servía para evitar dichos encandilamientos, afortunadamente esto no funcionó, por eso decidieron de nuevo limpiar la isla central. Ojalá se les ocurra darle una pintadita, igual que delimitar los diversos canales, a fin de evitar los accidentes.
Pero mientras se toman los correctivos del caso, (esperemos sea antes del 2021), los conductores ya fijaron sus propias reglas de juego: El canal de la izquierda es el canal para los que tienen derecho de propiedad sobre la vía (a pesar de estar en socialismo) Ud, lo toma y el que quiera pasarlo, que use el hombrillo o el canal derecho, eso sí, tenga experiencia en esquivar los huecos.
Una vez que Ud, logra pasar la zona de derrumbes, donde le puede caer una ñasquita de unas cuantas toneladas Ud, entra en la zona del cambur, donde si es de noche le puede caer una piedrita delictiva para atracarlo. Por eso sea vivo conduzca solo de día (en todo el país)
Si logró pasar las dos primera etapas del rally, entonces llegará a Taborda y se conseguirá con que unos burros pusieron a un par de policías acostados, para que todo el mundo los pise y sepa que está llegando a Taborda. Ojo si tiene placas viejas no tome el canal derecho, puede ser matraqueado.
Si logra llegar a Taborda y no consigue una larga cola, quiere decir que o no hay cazón, o no hay aceite, o que ¡las empanadas están frías! Si la cola es enorme, ya sabe que las empanadas están buenas y que hay mucha gente parándose en el “Palito”. Y les gusta tanto el Palito, que se paran por lo general dejando el rabo afuera, lo cual causa madre congestionamiento, así que llénese de paciencia para pasar por el palito.
Una vez que logra ver el mar, ya sabe que está mas cerca de Tucacas, solo le quedan los cráteres frente a la paralizada refinería, la zona de atracos de Palma Sola, la alcabala de Pequiven, el trampolín de Boca de Yaracuy y al llegar al peaje, consigue uno que otro fiscalito buscando algo. Y Luego de pasar el peaje recuerde la canción del Tío Simón: “Ahí mismito está Boca de Aroa y después viene Tucacas que es donde quiero llegar”. Feliz retorno.
@willimusk
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