CUAL BICENTENARIO?

Publicado en diario La Costa de Pto. Cabello 29-06-2011


El próximo martes se conmemorarán los 200 años de la declaratoria de la independencia nacional. El documento fundamental de la nacionalidad está fechado en Caracas 5 de julio de 1811. Ese día, a las 3 pm., en la capilla del seminario Santa Rosa de Lima (actual palacio municipal), el Congreso Constituyente de Venezuela, formado por representantes de las provincias de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Mérida, Barcelona y Trujillo, declaró la independencia nacional.
En el acta de la sesión matutina del 5 de julio se expresa que después de un largo debate, el presidente del Congreso, Juan Antonio Rodríguez Domínguez, anunció declarada solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela, cuyo anuncio fue seguido de vivas y aclamaciones del pueblo.
En la misma tarde del 5 de julio el Congreso celebró otra sesión, donde se acordó redactar un documento que manifestase todas las causas y poderosos motivos que nos habían obligado a declarar nuestra independencia para que, sometido a la inspección del Congreso, sirviese de acta y pasase al Poder Ejecutivo para ser publicada.
La redacción del acta fue encomendada al diputado Juan German Roscio y al secretario del congreso Francisco Isnardi, la misma fue sometida a consideración del congreso el día 7 de julio, leída y aprobada y fue el día 8 de julio cuando fue firmada por 41 diputados y el secretario, y fue entregada al Ejecutivo Nacional para su divulgación.
Es de aclarar que son tres documentos distintos: el acta de la sesión del Congreso del 5 de julio, el acta de sesión del mismo día por la tarde y el Acta de Independencia presentada por Roscio e Isnardi y aprobada el 7 y firmada el día 8 de julio. Es interesante que estos detalles estén muy claros en la mente de todos los venezolanos.
Pero luego de 200 años la pregunta que muchos venezolanos nos hacemos es: ¿Somos en verdad un país libre y soberano? Luego de 12 años de un régimen que ha violado constantemente la constitución, que ha entregado nuestra soberanía a los cubanos, a esos mismos que en los años 60 trataron de invadirnos, lo cual le costó la vida a mas de 500 valientes soldados venezolanos.
Acaban de cumplirse 190 años de la batalla de Carabobo y día del ejercito venezolano, todo celebrado en un opaco acto, ya que el “Ejercito Venezolano forjador de libertades” heredero de los bravos soldados de Carabobo ya no existe; hoy lo que tenemos es una montonera politizada que gritan el ridículo lema cubano “Patria, socialismo o muerte” y obedecen ordenes de los invasores. Por eso nada que celebrar.
Igualmente al llegar al 5 de julio, nos encontramos con una Asamblea Nacional, que tampoco es heredera de los valientes congresistas de aquellos días, por el contrario, gracias a la déspota de Cilia Flores y sus borregos diputados del anterior periodo, redactaron una serie de leyes comunistas ilegales y violatorias de la constitución y para completar su macabra obra, castraron a la nueva asamblea con un ilegal reglamento de debates que coacta el libre desenvolvimiento de los actuales diputados.
A 200 años nos encontramos con un país acéfalo, donde el presidente abandona el país y se va donde los invasores cubanos, sin que nadie sepa realmente ¿qué es lo que tiene?, si desertó y se fue, si realmente está enfermo, si quien da las ordenes desde el extranjero es él, o son los hermanos Castro. Todas estas graves irregularidades no se ven sino en un país sumiso, sometido y que no es libre ni soberano.
Si vamos al plano económico vemos como este régimen irresponsable ha aumentado la deuda de Venezuela de 36 mil millones de dólares en 1999 a mas de 140 mil millones de dólares en la actualidad. También ha hipotecando al imperio Chino el futuro de nuestros hijos y nietos, al recibir millones de dólares a cambio de petróleo que no ha sido explotado, violando todas las normativas legales.
Si vamos a la tan cacareada soberanía alimentaría, vemos como este régimen de traidores, ha confiscado mas de tres millones de hectáreas, muchas de ellas otrora productivas y hoy convertidas en tierras abandonadas y los productores nacionales en quiebra gracias a la política de agricultura de puertos, importando con dólares preferenciales, favoreciendo a productores extranjeros y a las mafias de importadores y llevando a la ruina a miles de productores venezolanos. Por todo esto y mucho más, NO veo Bicentenario para celebrar.

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