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jueves, 11 de noviembre de 2010

CORRUPCION: UNA TRADICION

Publicado diario La Costa de Pto. Cabello 10-11-2010

Los médicos acostumbramos a decir que al cáncer hay que extirparlo de raíz, de lo contrario puede volver a surgir y generar metástasis. Pues bien, la corrupción en Venezuela es un cáncer que viene destruyendo las células de nuestra sociedad desde mediados del siglo XIX, cuando los héroes de la independencia tomaron el poder y muchos se sintieron con el derecho a tomar el dinero de todos, como una recompensa por los servicios prestados.

Todo comenzó desde el primer gobierno de José Antonio Páez, pero se fue heredando este vicio entre quienes gobernaron nuestro país hasta el día de hoy, y todo esto aliñado con una fuerte dosis de nepotismo, teniendo como caso mas emblemático el de José Tadeo Monagas y su hermano José Gregorio, quienes gobernaron al país entre 1847 y 1855 rodeados de su clan familiar.

Pasan los caudillos de la independencia, pero queda el vicio de la corrupción, comienza la Federación y Antonio Guzmán blanco surge como el padre de la corrupción de esta época al amasar una jugosa fortuna, luego de cobrar una alta comisión por un préstamo hecho en Europa, mientras era ministro de Relaciones Exteriores y Hacienda del gobierno de J.C. Falcón. Luego como presidente (en 3 oportunidades) haces de las suyas de la forma descarada.

Una vez concluida la dinastía de Guzmán, viene por breve tiempo un civil honesto Juan Pablo Rojas Paúl, para luego caer el país nuevamente en manos de un guzmancista, el Gral. Joaquín Crespo, quien venía de ejercer muchos cargos dentro del gobierno de Guzmán. Luego de la muerte de Crespo en la Mata Carmelera, se descubre que tenía más de 100 casas en Caracas y fincas en 17 estados del país.

Salimos de este llanero corrupto, para caer en manos de los gochos, viene Cipriano Castro, luego Juan Vicente Gómez, quien maneja a Venezuela durante mas de 30 años como su hacienda personal, hasta su muerte (1935).

Con el inicio del siglo XX se produce el descubrimiento del oro negro o excremento del diablo, que provoca una migración del campo hacia las ciudades, aumento del erario nacional y por supuesto de la corrupción; también nace una esperanza llamada adecos y copeyanos, quienes vendrán a ocupar el poder luego de la dictadura de Pérez Jiménez.

El dictador deja grandes obras en el país, pero en su apuro por abandonarlo también dejó varias maletas llenas de dólares, que luego lo hicieron pagar varios años de cárcel, a pesar de todo, le quedo bastante afuera para pasar sus últimos días viviendo elegantemente en Madrid. Con el advenimiento de la democracia, Betancourt, Leoni y Caldera, tratan de dar institucionalidad y control dentro de la administración publica.

Lamentablemente, el soberano se equivoca y elige a CAP presidente, padre de la corrupción y el despilfarro de la era democrática. Surgen lemas como este “Los adecos roban y dejan robar, en cambio los copeyanos roban para ellos solos”. Surgen personajes que con partidas secretas o sin ellas hacen de las suyas y afianzan su futuro para luego poder vivir un exilio dorado.

Quizás por todo esto, es que nuestro pueblo se acostumbró a decir “Que roben pero que hagan” o quizás como me dijo un amigo refiriéndose a CAP y su reelección: “No vale el ya robó bastante durante su primer gobierno y ahora quiere hacer una buena labor y quiere pasar a la historia” Yo le dije, el pasará a la historia como lo que es “un gran corrupto”.

Luego caímos en manos de un llanero refranero, honesto pero rodeado de ladrones como el Mariani en Cadafe o aquel ministro que pegó la “Carrera” para Londres lleno de billetes y luego de 5 años de prescrito su delito regresó con su cara muy lavada a disfrutar de sus cobres. Ni hablar del borrachito y la barragana o del“pimentón” y de muchos otros que amasaron sus fortunas en base a la corrupción.

Todo esto provocó la llegada de una estirpe familiar de parásitos de la 4ta. Republica, que mantenidos por la democracia, conspiraron desde adentro de los cuarteles so excusa de acabar con estos vicios, freír cabezas y poner a caminar al país. Pero luego de 12 años vemos que son más de lo mismo, dejando a sus antecesores como niños de pecho ante el gran saqueo que están haciendo de la patria.

Mientras los venezolanos sigamos aceptando la corrupción y la impunidad como algo que forma parte de nuestra “indiosincrasia”, jamás saldremos de abajo, y menos aun cuando vemos como se quiere reivindicar a los antecesores de estos delincuentes, so excusa de ser niños de pecho al lado de estos. Corrupto es ladrón, así sea poquito lo que haya robado. Por eso siempre le digo a la gente: “NO, que no roben y que hagan, para eso ganan un sueldo”. ¡Tristemente lo que se hereda no se hurta!

http://regionorientaldefalcon.blogspot.com/

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